jueves, 4 de junio de 2009

viernes, 8 de agosto de 2008

Hadices

. Ubeida ibn Samat reportó que el
Profeta صَلَّى اللَّهُ عَلَيْهِ وَسَلَّم dijo:
”Cuando sea que un creyente suplica, Allah le garantiza lo que pide, o aparta algún mal de la misma clase, o guarda su recompensa para el Día del Juicio, en tanto no suplique por algo pecaminoso o algo que rompa las relaciones familiares”.
Al oír esto alguien, éste dijo: “Entonces suplicaremos abundantemente”, a lo que el Profeta respondió:
”Allah es más abundante en responder”.

Tirmídi

martes, 5 de agosto de 2008

El cuento del té

El cuento del té.

En tiempos antiguos, fuera de la China, el té era desconocido. Rumores de su existencia habían llegado tanto a sabios como a los ignorantes de otros países y ellos trataron de averiguar qué era el té, cada uno de acuerdo con lo que él quería o pensaba que debía ser.

El rey de Inja (“aquí”) envió una embajada a la China, y les fue servido té por el Emperador Chino. Pero, al ver que el pueblo lo bebía también, consideraron que no era apropiado para su amo, el rey: hasta llegaron a imaginar que el Emperador Chino trataba de engañarlos, dándoles otra bebida en lugar del celestial brebaje.

El mayor filósofo de Anja (“allá”), recogió toda la información que pudo acerca del té y llegó a la conclusión de que debía de ser una sustancia que existía sólo raramente y que era de un orden distinto de cualquier otra cosa conocida hasta entonces. ¿Acaso no se referían a ella diciendo que era una hierba, un agua, verde, negra, a veces amarga, a veces dulce?

En los países de Koshish y Bebinem, durante siglos, la gente probó todas las hierbas que pudo encontrar. Muchos resultaron envenenados, todos se sintieron desilusionados. Nadie había traído la planta del té a sus tierras, y por lo tanto, no pudieron encontrarla. Asimismo, probaron toda clase de líquidos que pudieron encontrar, pero sin éxito.

En el territorio de Mashab (“Sectarismo”), una pequeña bolsa de té era llevada en procesión ante la gente mientras ésta realizaba sus oficios religiosos. A nadie se le ocurría probarlo; en realidad nadie sabía cómo. Todos estaban convencidos de que el té, en sí, poseía una cualidad mágica. Un hombre sabio les dijo: “Verted agua hirviendo sobre él, ignorantes.” Fue colgado y clavado, porque hacer esto, de acuerdo con sus creencias, hubiera significado la destrucción de su té. Esto probaba que era un enemigo de su religión.

Antes de morir había transmitido su secreto a unos pocos, y éstos lograron obtener algo de té y beberlo secretamente. Cuando alguien decía: “¿Qué estáis haciendo?”, ellos respondían: “Solo es medicina que tomamos para cierta enfermedad.”

Y así sucedía en todo el mundo. El té fue visto crecer realmente por algunos que no lo reconocieron. Fue dado a beber a otros, pero éstos pensaron que era la bebida de la gente común. Había estado en posesión de otros, y éstos lo veneraron. Fuera de China, sólo unos pocos realmente lo bebían, pero a escondidas.

Entonces llegó un hombre de conocimiento y dijo a los mercaderes de té, y a los bebedores de té y a otros: “El que prueba, conoce. El que no prueba, no conoce. En lugar de hablar sobre el celestial brebaje, nada digáis, pero ofrecedlo en vuestros banquetes. Aquellos a quienes les guste pedirán más. Los que no lo hagan, demostrarán que no están capacitados para ser bebedores de té. Cerrad la tienda de argumentos y misterios. Abrid la casa de té de la experiencia.”

El té fue traído a través de las posadas que se hallan a lo largo de la Ruta de la Seda, y cuando un comerciante que transportaba jade, joyas, o seda, se detenía a descansar, hacía té y lo ofrecía a cuanta persona estuviese cerca de él, conociera o no la reputación del té. Este fue el comienzo de las Chaikhanas, las casas de té que fueron establecidas a lo largo de todo el trayecto que va de Pekín a Samarcanda. Y aquellos que probaban, conocían.

Al principio, y nunca olvidéis esto, sólo los grandes y los que pretendían ser sabios fueron quienes buscaron la celestial bebida, y exclamaban: “¡Pero éstas son sólo hojas secas!” o: “¿Porqué hierves agua, extranjero, cuando todo lo que quiero es la celestial bebida?” o aun: “¿Cómo puedo saber qué es esto? Demuéstramelo. ¡Además el color del líquido no es dorado, sino ocre!”

Cuando se conoció la verdad, y el té se trajo para todos los que querían probarlo, los papeles se invirtieron y las únicas personas que decían cosas parecidas a las que habían dicho los grandes e inteligentes, eran absolutamente tontos. Tal es la situación hasta el día de hoy.

Hamadani (1140)

domingo, 27 de julio de 2008

LA CREACION DIVINA: El Hombre como Macrocosmos



LA CREACION DIVINA: El Hombre como Macrocosmos

Sheikh Muzaffer Ozak



Como seres humanos creados y traídos a este mundo transitorio, tenemos la obligación: de descubrir porqué venimos, de donde venimos, hacia donde vamos, quién nos trajo aquí y quienes nos llevará de vuelta.

Habiendo descubierto al Uno que nos trajo a este mundo, debemos saber y comprender la extensión de Su fuerza y poder.

Luego viene la primera y principal obligación de cada criatura de obedecerlo a El y amarlo como El se merece.

Como seres inteligentes, estamos sujetos a reconocer que Él, Allah, posee la fuerza y poder para traernos a este mundo, y para sacarnos de él, sin ningún consentimiento de nuestra parte de la manera descripta en este Noble Verso del Corán:

“¡Hombres! Si estáis en duda sobre la vuelta a la vida…”

Ciertamente os creamos a partir de tierra, de una gota de esperma, de un coágulo, de carne bien formada o aún sin formar, para hacéroslo claro. Y en las matrices vamos conformando lo que queremos hasta que se cumple un plazo determinado y luego hacemos que salgáis siendo niños y que después alcancéis la madurez; y de vosotros hay unos que son llevados y otros a los que dejamos llegar hasta la edad más decrépita de la vida para que después de haber sabido no sepan nada. Y ves la tierra yerma, pero cuando hacemos caer agua sobre ella se agita, se hincha y da toda clase de espléndidas especies” (22:5)

La forma en la cual los seres humanos son creados es una gran maravilla de sabiduría, majestuosidad y poder, y el negar esto puede resultar ser un signo de trágica ignorancia. El hombre no fue creado ni en vano no por casualidad

¿Cree acaso el hombre que se le dejará olvidado? (75:36)

Bajo cuidadosa reflexión, está claro que la creación de los seres humanos no es diferente, para Allah el Todo Glorioso, de la creación de todo este vasto universo. Las propiedades materiales y espirituales del hombre son inherentes a la entera creación.

En verdad, el hombre es el “macrocosmos” o un gran mundo, mientras que el universo es el “microcosmos” o el más bajo mundo.

Los Maestros de la Verdad y de la Realidad nos enseñan que el hombre, aunque exteriormente es pequeño es en su interior grande, mientras que el universo, creado exteriormente grande es interiormente inferior al hombre.

Todo lo que existe, tanto en este bajo mundo y lo que este contiene, o el del Más Allá que es el Paraíso, Infierno, Puente y Balance, todo aquello que puede ser visto y conocido ha sido creado y traído en ser para el objeto del hombre.

Así el hombre, ha sido creado por causa de la Verdad Divina.

El negar a Dios es en consecuencia el negar la propia existencia.

Cuando una obra de arte existe, el autor de dicho trabajo también existe.

Incluso si no podemos ver al artista en persona lo podemos ver en dicho trabajo.

Cuando somos testigos de su expresión artística creemos que el mismo existe.

El contemplar la pintura es conocer a quien la pintó; el contemplar una escultura es conocer al escultor.

Si llegamos a reconocer el esplendor de nuestro propio ser con toda su extensión y poder, deberíamos inclinarnos ante Aquél que nos dotó con esa fortaleza y poder.

No podemos dudar de Su Existencia y Unicidad: Vuestro Dios es un Dios Único, no hay dios sino El, el Misericordioso, el Compasivo (2:163)

sábado, 26 de julio de 2008

El diwan de los Amantes



El Diwan de los Amantes.

Shayj Muhammad Ibn al-Habib

Qásida 7: Los Milagros del Camino

Las alabanzas pertenecen a Allah

y las bendiciones de Allah

sean sobre el Profeta Muhammad,

el refugio.

Abu Hamid de Tus, el sufí y prueba

del Islam, dijo:

Las marcas de honor de aquél que

entra en el sendero de Allah son

veinte en numero en este mundo:

La primera es que Allah le recuerda

como es apropiado.

¡Oh que buenas noticias!

La segunda es que él es exaltado entre la gente,

el tercero es un amor irreprochable.

Y todo aquél a quien Allah ama es

amado por la creación.

¡Cuan afortunado!

La cuarta es que Allah dirige sus

asuntos y así él está constantemente

lleno de alegría.

La quinta es que Allah le hace su

provisión fácil de conseguir y no

tiene que luchar por ella.

La sexta es que es auxiliado contra

sus enemigos por milagros con

constante protección.

La séptima es intimidad con Allah,

de forma que no le sobreviene la

soledad en nada que ocurra.

La octava es su poder sobre el nafs,

de modo que el mundo creado le sirve

sin confusión.

La novena es la elevación de su himma

por encima de toda tentación que

pudiera obsesionarle.

La décima es riqueza del corazón, de

tal forma que todo asunto que requiere

esfuerzo se vuelve fácil.

Y aquí siguen brevemente las demás,

recalcando sólo algunas de ellas

¡por lo tanto atiende, oh lector!

Iluminación del corazón, que es guiado

por Su luz a un entendimiento de los

secretos, a través de la generosidad

de su Señor.

Y la expansión del pecho de modo que

no le disturba ninguna dificultad

que venga a él.

Suya es la dignidad e incuestionable

buena reputación en la consideración

de los hombres.

Cariño para todas las criaturas del

genero humano, por la indudable promesa

que tiene de su Señor.

Él tiene baraka y adab incluso después

de haberse convertido en polvo.

La tierra esta sometida a él, de forma

que puede ir velozmente y sin temor

a donde desee.

La tierra y el mar y el aire son sus

servidores, sin duda alguna.

Los animales salvajes, los depredadores

y los reptiles han sido subyugados a él

para siempre por el Señor.

Cuando busca las llaves de los tesoros

y de las minas, éstas le son reveladas.

Por su rango los hombres suplican

a Allah a través de él, en todas

las cosas que suceden.

El Señor les provee con su favor y las

cosas se facilitan. No hay dificultad.

Esto ha sido dejado a la elección

de su Señor en decretos ordenados

previamente.

Por tanto no digas: "Le llamé y no

respondió." Esa es la condición de

los dudosos e inciertos.

En cuanto a las marcas de honor

que tiene en el próximo mundo

son también veinte en numero,

y siguen a continuación:

Una muerte fácil, cuando el sello

sea fijado con iman, de modo que

conseguirá lo que quiere.

Las buenas nuevas de un fresco reposo

y un dulce perfume, seguridad contra

el temor y aceptación.

Tal es la constante vida en los jardines,

cerca del Misericordioso, incansablemente,

perpetualmente.

Su ruh tiene elevación y honor

y el tributo de los ángeles.

Y la gente se apiñará para bendecirle,

si se hallaba entre los dignos de confianza.

Quien daba instrucciones de acción

recta cuando era preguntado, no habrá

de tener temor alguno en el lugar

de los terrores.

La expansión de su tumba es en una

pradera. El estará a salvo allí de

toda tentación.

Cuando vengan a él buenas nuevas de

su Señor, él tendrá intimidad de ruh

y de cuerpo.

Los pájaros le llevaran en sus buches

a donde desee, para vagar por el Jardín.

En el día de la reunión será glorificado

con honor y una corona, mantos de honor

e intercesión.

Su rostro será radiantemente blanco y

sus luces serán manifiestas para todos

los que estén reunidos en el lugar.

Y no verá el terror del lugar y tomará

su libro en la mano derecha.

No será llamado a la rendición de

cuentas con severidad sino que

ocurrirá con belleza y gentileza.

Sus actos pesarán en la balanza y

beberá de el estanque de un Profeta

que satisface toda sed.

Cruzará el sirat velozmente a un

jardín intemporal.

En él no habrá esfuerzo.

No será llamado para explicar sus

acciones, no será reprendido por

ellas y en el lugar de pesarlas

no será perjudicado.

Intercederá por la gente y por la

hermandad, y será vestido con los

mantos del honor y la aprobación.

Entonces se encontrará con Allah

con visión real y sin cualificación

ni obscuridad.

Eso será mas glorioso que entrar al

Jardín, como dice en el Libro y

en la sunna.

No olvides que la donación por Allah

de estos mantos de honor está

condicionada al conocimiento, la acción sincera

y el Recuerdo que atestiguan su lugar especial.

El final del sendero consiste en

total absorción en la directa visión

del Creador, el Rey.

Guárdate de escuchar a quien lo niegue

por ignorancia de su conocimiento

y de su excelencia.

¡Oh Señor, que tu incesante generosidad

haga su viaje fácil para la hermandad!

Los milagros del sendero llegan a un

término para aquél que lo recorre

debidamente.

Por tanto sé compasivo con quien lo

ha relatado, que ha reunido estos

favores, y con quien quiera que nos

ayude a extenderlos.

Muhammad ibn al Habib pide una pronta

apertura para la comunidad.

Y un triunfo para nuestro amado

refugio, a través de quien el poeta

pueda dominar todos los deseos.

Que las bendiciones de Allah

recaigan eternamente sobre Muhammad

y sobre quien le imite,

Igualmente sobre su familia y

compañeros, los caminantes en

las sendas de la recta conducta.

El diwan de los Amantes

El Diwan de los Amantes

Shayj Muhammad Ibn al-Habib

Qásida 6: El Buraq de la Táriqa

El más pobre de los hombres, Muhammad

ibn al-Habib dice, y su palabra es:

Alabanzas a Allah a través de cuyo

don de bondad el género humano se

ha extendido por la tierra y el mar.

El envió a los mensajeros con caminos

y con irrefutables milagros.

Su esencia es sufismo dedicado a Allah,

establecido en el Libro y la sunna.

He aquí un fragmento del mismo, que te

acortará Su sendero y te hará amar

su recorrido.

Lo he llamado `el Buraq de la Táriqa´

porque acelera al murid a la realización.

Si deseas viajar en el sendero, entonces

confía en Allah y pide éxito.

Alivia al nafs de control, pues esto

traerá iluminación.

Guárdate de la ansiedad por tus medios

de subsistencia, pues estos son

responsabilidad del Creador.

Las más altas y dignas cualidades

residen en estas dos buenas acciones:

Pensar lo mejor de Allah y después

pensar lo mejor de Sus esclavos.

Aférrate a estas dos cosas y

evita empeñarte en tus opiniones.

El sendero más corto hacia Allah,

es la multiplicación de tu Recuerdo

del nombre de Allah.

Porque este es el Nombre supremo

y sublime y, para ser preciso, más

grande que ningún otro nombre conocido.

Cuando vuelvas tu rostro a la

invocación del Creador, libera el

corazón de todas las otras cosas.

Mira los secretos del Todo Sabio y

toma nota. Evita discusiones vanas.

No persistas en ellas.

Más bien corrige tu acción equivocada

con el acto de pedir perdón con

humilde súplica y humildad.

Mírale a Él y comprende que todo acto

de obediencia que haces, Él te lo ha dado.

Alábale tanto si las cosas van bien como

si van mal, porque El es quien actúa

en todas las cosas.

¡Despierta tu himma con deseo y anhelo,

y no te contentes con menos que

el Eternamente Continuo!

No te detengas con los primeros destellos,

ni con ninguna otra cosa que puedas

experimentar en esta etapa.

Pídele que te deje recorrer el sendero

con rapidez, hasta que saborees

plenamente la realización.

Allah elige a quien El quiere de

entre sus siervos para la presencia

de aislamiento.

Guárdate de considerar el sendero

demasiado largo, pues eso precisamente

se convertirá en una obstrucción

para ti.

Viaja con tu nafs por la senda de

la gentileza, de forma que puedas

hacerlo con anhelo.

Verdaderamente dos rakaát de un

amante son más excelentes que mil

sin amor.

Haz del adab tu compañero a medida

que sigues la sharia y en tu

percepción de realización.

La semejanza de este adab en las cosas

es como la mezcla del hierro con el elixir.

¿Ves como el hierro se convierte en

un instante en oro nuevo?

El adab actúa del mismo modo en el

corazón y lo lleva a la presencia

del No-visto.

¿Cuantas veces un hombre que hizo

todas las acciones correctas ha sido

abandonado a su propio nafs, y cuantas

uno que tenia adab se a aproximó a Él?

El adab al mirar a las criaturas es

ver al Creador, ¡No hay segunda cara!

Así, ves al Creador en lo creado y

al Proveedor en la provisión.

La Verdad es sólo vista en manifestación,

ya sea por un ángel o por un hombre mortal.

La primera manifestación es la luz de Ahmad,

que las mas excelentes bendiciones sean

sobre él eternamente.

Por él la Verdad ha llenado a todas

las criaturas y todo lo que es o fue.

Así pues, atestiguale en el nafs y

en el horizonte y une eso a la

percepción del Creador.

Y esa visión te librará de los defectos

en el nafs, el corazón, y lo escondido

en lo escondido.

Recuerda al nafs por medio de buena

intención, en quietud y en acción.

Haz avanzar al nafs, a menudo y lejos,

y ganarás por ello un gran favor,

indudablemente.

Acorta el sendero por medio de honrar

todo lo que ha sido establecido

en la sharia.

No desprecies ningún acto ni palabra

de las que han descendido a nosotros.

El sendero de los abdal está basado en

hambre, vigilia, silencio, aislamiento

y Recuerdo. A ello se dedican.

Este fragmento de sufismo ha terminado.

Y alabanzas sean a Allah por la

percepción de Él.

Pido bendiciones sobre el Profeta,

el socorredor, con las bendiciones

sin límite de nuestro Señor.

Y sobre su familia y sobre sus leales

compañeros, los viajeros de las sendas.

Pido a Allah rectitud de estado

para nosotros y para los amantes

en el futuro.

Y que levante de nosotros toda duda,

por el rango de todo gnóstico instruido.

Alabanzas a Allah por su consumación,

y gracias a Allah por su sello.

viernes, 25 de julio de 2008

El diwan de los Amantes


El diwan de los Amantes

Shayj Muhammad Ibn al-Habib

Qásida 5: La Doctrina de la Unificación



El esclavo de su Señor,

Muhammad ibn al-Habib dice,

haciéndose uno con su Señor:

Empezamos todas las cosas con "Bismillah"

a Él pertenecen el principio

y el regreso de ellas.

El significado de "Dios" es Aquél que

no tiene necesidad de otro aparte de Él

y cualquier cosa aparte de Él tiene

necesidad de Él.

Aquél que no tiene necesidad de otro

aparte de Él, tiene trece atributos,

no lo olvides.

Existencia, después pre-existencia,

continuidad, aspectos diferenciados,

y absoluta independencia.

Oído, vista, palabra y ser inherente,

éstos rigen en su dominio.

Actos desprovistos de deseo,

e, igualmente, en los juicios

rechazo de la preocupación.

Total libertad de acción y dejar

que las cosas sucedan.

¡Conéctate a lo que te hemos

dicho y realízalo!

La pobreza de todo lo que es distinto

de El tiene doce atributos:

Conocimiento, poder y voluntad;

después vida, ¡admite la verdad de esto!

Añade a eso capacidad, transformación

saber y vivencia. ¡Pero no te contentes

con los atributos inherentes!

Unidad de acción, atributo y esencia

con rechazo del número. ¡Búscalo pues,

vosotros los dignos de confianza!

La naturaleza temporal del universo,

y la negación del suceso, ya sea por

naturaleza o por poder,

¡por tanto, toma nota!

Estos son veinticinco atributos.

Sus opuestos son las mismos en

numero ¡Cuéntalos!

La confianza en el Mensajero tiene

dieciséis atributos, que son:

Sinceridad, transmisión,

confianza depositada, dejar que los sucesos

ordinarios enseñen sabiduría.

Aceptación de los libros, los profetas,

los mensajeros y los ángeles.

¡Oh hombre de intelecto!

Aceptación de que el Último Día debe

venir. ¡Deja a sus opuestos y lucha

por rechazarlos!

Estos son los sesenta y seis atributos

que entran en la noble palabra.

Por tanto ocupa con ellos los momentos

de la Presencia y gozosamente

ascenderás a su significado.

Su prueba reside en la contemplación

del Qur'an y en reflexionar en los

seres creados con el intelecto.

¡Oh Señor nuestro!, bendice a Muhammad

y a su familia, y a cada esclavo

que le imita.

Y deja, oh Señor, que tanto los educados

como los iletrados, quien quiera que lea

o escuche esto, se beneficie de estos atributos.

Concede éxito a los líderes que ayudan

a todas las cosas en las que hay

acción recta.

Séllanos, oh Señor, con serenidad.

Y sé gentil con nosotros cuando

la Hora llegue.